domingo, 7 de abril de 2024

Leyendas de Madrid La Abada

La Calle de La Abada en Madrid




Todos los días desde 1971 hasta 1994 mi padre iba en transporte publico desde Parla una ciudad dormitorio del sur de Madrid hasta su humilde kiosko del cupón de la O.N.C.E el Barrio de la Concepción sito en la parte noroeste de la capital de España.

MICRO BUS


De los muchos transbordos que hacia, uno era desde el metro de Callao a una parada de autobús para coger el llamado M-8 uno de los microbuses que surcaban la ciudad.
Fue en aquella parada de bus de la Gran Vía casi esquina a una calle LA ABADA, en una de esas frías mañanas de invierno que acompañaba a mi padre a su trabajo me contó la leyenda de ese nombre tan peculiar de la calle.

Me contó que reinando Felipe II el imperio español se anexionó el imperio Portugués al morir el rey Enrique I sin descendencia. Con ello el Imperio Español abarcaba todo el orbe terráqueo es por eso que mi padre, me contaba que siempre en algún momento el Sol iluminaba una parte de tierra española a  un Imperio "dónde nunca se ponía el sol".

IMPERIO ESPAÑOL
En aquellos tiempos en esa calle había tahonas y un pequeña comunidad de monjes un priorato, con grandes eras de pastos y establos para vacas y toros. El rey el segundo Felipe cedió a esa comunidad una Abada, llamada así al ser una hembra de rinoceronte llegada desde lo más lejano de su imperio, regalo del gobernador de las nombradas recientemente y en su honor Filipinas.
Automáticamente se  convirtió en una atracción donde forasteros, malandrines, clérigos, nobles y  lugareños iban a ver ha aquella bestia con un sólo  cuerno.
La leyenda cuenta todas las madrugadas un zagal daba de comer a la bestia, una noche le dio un panecillo o mollete recién hecho que llevaba en el morral. La bestia se quemó la lengua al estar muy caliente el centro de panecillo, esto encolerizo al rinoceronte que destrozo las tablas que le atrapaba y embistió contra el pobre chaval matándolo.


El terror se apoderó en las calles de Madrid donde alguaciles buscaban a la bestia, que apareció en las eras del lejano pueblo de Vicálvaro.

Años después leí otra leyenda en la que aquella bestia era una atracción de Feria de unos saltimbanquis portugueses que se establecieron en aquella zona, por aquel tiempo.

Otro día montados en aquel microbus y pasando por la plaza de Cibeles me contó algo de un fantasma en aquél palacio abandonado esquina a la calle de Alcalá.

Pero eso será en otra crónica del Reportero Histórico.

Desde Madrid, el reportero histórico



martes, 15 de agosto de 2023

El Horno de la Calle Encomienda


El Horno de la Calle de la Encomienda en Madrid

Hace tres años que escribí esta líneas y mi ordenador de se petó, quedándose en borradores de Blogger esta historia. Así que una vez que tengo un ordenador volveré con mas historias, sobre todo de canciones.   
Hace mucho, mucho tiempo, acompañé a mi padre una tarde a la imprenta donde le imprimían  las participaciones de lotería de Navidad que él vendía en su kiosco del cupón pro ciegos. Sin saber que sería la última vez pues la ONCE innovó al año siguiente creando el cuponazo y dando un solo sorteo y numero diario para toda España (hasta entonces había un sorteo en cada provincia) subiendo el premio y el cupón, haciendo que ya los ciegos dejaran de vender lotería para cumplimentar sus ingresos.

En aquella tarde lluviosa yo un chaval de 15 años que no tenía ni idea de las calles de Madrid, me dejaba guiar por mi padre por aquellas calles del centro. Desde 1970 vivíamos en el extraradio. 

Salimos del metro de la estación de Tirso de Molina y se nos hizo de noche y caía una fina lluvia. Iba siguiendo las indicaciones de mi padre. Tomamos la calle Mesón de Paredes para abajo y la segunda a la derecha al rato de tomar esa calle, me pregunto ¿estamos ya cerca del cine?  le dije que faltaba muy poco el cine en cuestión era el desaparecido Odeón así que unos números más allá una puerta pequeña daba paso a una imprenta bastante vieja.


Antiguos Cines Odeón
Recuerdo el olor a tinta y el sonido de las máquinas multicopistas, dejé que mi padre y el encargado de aquel sitio hablando de la cantidad de talonarios, números y fecha de entrega, mi padre llevaba unos 30 años yendo allí a que le hicieran aquellas participaciones. ¡que pena no haberme quedado con alguna!.

Al salir de la imprenta mi padre me dijo:

 -vamos más a adelante a comprar "calcetines" si no llevamos a casa mamá se va enfadar.
Sin tener la más remota idea de que calcetines me hablaba, no pregunté y mientras pensaba sobre esos misteriosos calcetines, un olor a canela intenso llego  hasta nosotros, hemos llegado me dijo.
Entramos en lo que parecía una lechería. 
Me dijo.
- ¿quieres un vaso de leche con canela?
- si claro le dije.
Aquel señor abrió una lechera grande nos sirvió la leche y para acompañar unos "rellenos"  
- Toma Carlos un calcetín como los llamas tú.
- ¿Cuántos para casa? 
Aquel bollito se quedó en mi paladar, en mi memoria, siempre lo  recordaré.

Ese local al cabo del tiempo se cambió al otro lado de la calle y a día de hoy sigue existiendo se llama.
                                                
                                                               EL HORNO



 En la calle Encomienda, 19 en Madrid son famosos los pestiños y en navidad los roscones.
 Parece que el tiempo se ha parado cuando entras allí, el olor a vainilla, canela y bizcocho te embriaga y te hacen sentir que estas en otro Madrid en otro tiempo muy lejano.,.

Desde Madrid el Reportero Histórico

miércoles, 26 de septiembre de 2018

La Leyenda de Bartolo y el Cayuco

Maracaibo y la leyenda de ¡Bartolo tráeme el Cayuco! 

 





Venezuela en 1635

Estoy en Venezuela, en la región de Zulia, donde se enclava la maravillosa ciudad de Maracaibo la ciudad donde lloró el Corsario Negro el personaje de una las novelas más famosas de Emilio Salgari.
Y es en estos textos donde viene mi curiosidad sobre este lago.

La leyenda que les narro a continuación procede del siglo XIX y se la cuentan a los niños que no obedecen o se ponen a jugar en la cama de noche antes de acostarse, es entonces cuando los mayores gritan eso de...

                             ¡¡¡BARTOLOOOO TRÁEME EL CAYUCO!!

Y los niños se acuestan a dormir, presos del miedo.


Palafitos en la tierra del sol

Maracaibo da nombre al lago que se sitúa al norte del territorio, donde se extrae la mayor cantidad de petróleo del paìs, es tan importante esta región que incluso dio nombre al lugar, pues fue el mismísimo Américo  Vespuccio el que viendo las casas- palafitos se acordó de Venecia y junto con el descubridor  Alonso de Ojeda el 24 de agosto de 1499 . Y de esa evocación nace:

                                         VENEZUELA


Aunque Antonio Vázquez de Espinosa explica en su libro"Compendio y descripción de la Indias occidentales".
Que Venezuela en la lengua natural de aquellas gentes significa agua grande.


Imagen de google earth


Cuando estos entraron el lago se quedaron encerrados en él al bajar la marea y solo cuando aquella subió pudieron salir, esto al cabo del tiempo convirtió el lago refugio de contrabandistas y porque no decirlo piratas.




El lago se nutre de varios ríos que junto con la mareas del mar hacen que dentro de sus aguas se produzcan corrientes, pozas y remolinos lo que hace que en algunos puntos no sea recomendable el baño.



Tabla de la Virgen de Chínchinquira
Santuario de la virgen de
Chínchinquira






Esas mismas aguas son las que trajeron a una lavandera una tabla, por una corazonada se la llevo a su casa pues era muy especial, cuando empezaba a limpiarla apareció milagrosamente la imagen  de una preciosa virgen la llamada virgen de Chínchinquira.









 La zona donde lavaba la mujer se empezó a llamar el milagro allí esta la desembocadura de una cañada donde llegan las aguas provenientes de la lluvia, estas torrenteras  llevan gran cantidad de arena que se deposita allí haciendo pequeñas islas o playas al que los lugareños llaman el "Bajio" o el "Bajito". Esa zona es ideal para amarrar pequeñas embarcaciones llamados allí cayucos de bajo calado para poder tocar tierra, pues los bajeles, barcas no se pueden acercar pues pueden llegar a embarrancar.

 El Bajio


Es en la zona del Bajío donde las corrientes lacustres son de más intensidad.
Cayuco en Maracaibo







La Leyenda de Bartolo tráeme el cayuco

Cuenta la leyenda que un contrabandista o simplemente un gondolero que transportaba mercancías de norte a sur del lago, echo el ancla y se acerco a la zona en cayuco con su ayudante el marinero Bartolo. El patrón bajó a tierra, para irse a hacer negocios o simplemente a pasarlo bien aquella noche de luna oscura, le encargo a Bartolo que se quedará allí en custodia de la embarcación (supongo que ya se olía que algo podía salir mal) y sobretodo que estuviera alerta a su regreso. Bartolo haciendo oídos sordos se tumbo a lo largo de aquella barca y entró en un profundo sueño. La leyenda no dice si aquella embarcación que estaba fondeada se fue de allí o fue el mismo Bartolo el que sin querer fue a la deriva. El patrón se dirigía tan ufano, tranquilo y  vestido con sus mejores galas hasta que su sombra se perdió en las calles de la ciudad.
Góndola zuliana

 



Horas mas tarde volvió el patrón corriendo como alma que lleva el diablo, desesperado gritaba como un poseso...



   ¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!!         ¡¡BARTOLO, EL CAYUCO!!
¡¡¡BARTOLOOO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!! ¡¡TRÁEME EL CAYUCO!!


Los negocios no tuvieron que salir bien púes le perseguían dos sicarios con muy mala leche machete en mano. Aquel infortunado ya estaba sangrando y Bartolo no le oyó pues estaba en manos de Morfeo.

Desesperado no tuvo otra opción que la de lanzarse al agua y nadar hasta donde estaba su bajel en medio del lago, pues se veía perdido.
Y en medio de aquellas aguas este marinero desapareció y aunque le buscaron su cuerpo nunca llego a encontrarse, el cadáver quedó en el fondo de alguna poza o bien se lo llevaría la corriente mar adentro, nunca se sabrá.
Pero de lo que si saben los marineros y estibadores es que en las noches cerradas donde la luz de la luna es inexistente el viento trae aquellos gritos desesperados y dolorosos de aquél, como si estos salieran de entre las aguas.


                                       ¡BARTOLO TRÁEME EL CAYUCO!



Esta leyenda la cuenta las abuelas a sus nietos y pasa de generación a generación y es famosa allí, la traigo aquí para la sección de leyendas del mundo.




Cayucos en el Bajio
Lanchas motoras hoy


Desde Maracaibo estado de Zulia en Venezuela El Reportero histórico.






Puente del general Rafael Urdaneta cruza el lago uniendo Maracaibo al resto de Venezuela
Emblema de la ciudad


* nota Quiero dedicar esta entrada, a una Zuliana de pro Janet Aguírre embajadora del sentir maracucho que con sus palabras me hizo recordar esta leyenda que leí en algún libro de la pequeña biblioteca de Parla cuando tenía unos 12 años.
Janet Aguirre sobrina del gran maestro llamado " el Monumental de la Gaita"
 Ricardo Aguírre todo un símbolo allí en Maracaibo.
Gracias por las fotos y el hacerme recordar algo que hace, hace mucho tiempo leí.




Ricardo Aguirre
                                              Gaita la virgen de Chichiquirá





miércoles, 4 de abril de 2018

La calle del Pez de Madrid

Leyendas de Madrid "La calle del Pez"


Madrid febrero de 2018


La muerte en estos días del dueño de un bar mítico de Madrid, "El Palentino", sito en la famosa calle del Pez, me ha hecho recordar una de tantas leyendas de Madrid que mi padre me contaba mientras recorríamos las calles de la capital del reino. Recuerdo al lector que mi era padre invidente y amante de Madrid.

Andando por aquella calle del barrio de Maravillas (sale en el famoso plano de Texéira de 1656) me contaba, que él y mi madre estuvieron viviendo allí "con derecho a cocina" en unos tiempos muy duros,  nada más casarse.




En un momento en una esquina mi padre me dice:

.- ¿Ves el pez?
.- ¿ Dónde papá?
.- ¿ Ahí? ¿no lo ves? ¡si debe estar ahí!
.- Papá, no ves ¿ dime dónde? especifica
.- A ver, que no te enteras...arriba, en ladrillo


"Y allí estaba el Pez que da nombre a la calle, y mientras yo lo veía,  él me contó la leyenda.


En 1556 la calle aparece plasmada en el ya famoso plano de Texeria de Madrid con el nombre de la Fuente del Cura. Así llamada por un cura de Colmenar, que regalo a la villa una fuente con un estanque para que las bestias que llegaban desde Colmenar Viejo pudieran beber agua fresca.

Cuenta la leyenda que un hombre acaudalado compró la finca con la fuente incluida, donde puso, para disfrute de su hija, unos peces de colores.

Al poco tiempo, comenzaron las obras de urbanización de la misma y los obreros empezaron a recoger agua de la fuente. Poco a poco ésta fue disminuyendo; unida esta circunstancia a la sequía el caudal fue bajando. 

"Entre la falta de oxígeno y las impurezas del agua, los peces fueron muriendo. 
Mi padre contaba, que la hija del potentado que se llamaba Blanca, empezó a ponerse muy triste por la muerte de los peces, aquélla niña ayudada por su padre salvó al último pez poniendo al animal en una pecera.





"A pesar de todo, aquél pez murió y la niña cayó en una profunda depresión, de la que no consiguió salir, por mucho que los médicos mas prestigiosos del reino lo intentarán. Preocupados por su futuro, la familia decidió que lo mejor para ella era que profesara de monja en el famoso convento de San Placido.

De él  se cuenta que el demonio poseyó a aquellas religiosas, muriendo sor Blanca de aquel incidente.

Don Juan Coronel,  padre de Sor Blanca, mandó esculpir aquél pez que mi padre me enseñó. El pueblo de Madrid, poco a poco, fue cambiando el nombre de calle de la Fuente del Cura a la calle que tiene un PEZ.

Desde Madrid, el Reportero Histórico